Como
recordaréis teníamos pendiente intentar escribir un pequeño resumen de
nuestra última escuela de familias, que tuvo lugar el lunes pasado. El
tema que acertadamente trabajamos con Teresa Hernando (aquí tenéis su
perfil de fb https://www.facebook.com/teresahernandopsicologa) fueron el duelo y la pérdida. Se resumen muy bien con esta viñeta de Mafalda.
¿Qué definición de "duelo" nos proporcionó? Pues "se
trata de un trabajo, un proceso simbólico y emocional, normal, lento y
doloroso que se produce ante la perdida de un objeto o sujeto importante
para la persona. Supone una reorganización a todos los niveles con el
consiguiente sufrimiento y aflicción que acompaña a la ruptura de un
vinculo afectivo". Tristemente, es algo que todos conocemos, más o
menos de cerca, por haber perdido a algún familiar o a alguna persona
especial, con la que tenemos un vínculo afectivo diferente. Hay que
decir que, por tocar un tema tan sensible, esta clase fue un poco
especial, puesto que todos contamos alguna experiencia personal y
participamos activamente, sin resultar fácil. Con respecto a los niño@s,
el punto más interesante fue la importancia de tratar el tema sin
edulcorarlo, con frases del tipo a "se ha ido de viaje" o similares,
puesto que transmitirles la idea de que van a poder volver les genera
confusión e, igual que nos pasaría a nosotros, dificultad para asumir la
realidad. Y una vez más se recalcó algo muy importante, que ya hemos
mencionado anteriormente: la importancia de hacerles partícipes, en la
medida en que puedan entenderlo, con la mayor naturalidad posible y
tratando de mantener sus rutinas en la vida diaria. Negarles la realidad
les impide asumirlo. Al igual que sucede si nosotros no lo reconocemos:
al ser su referencia más importante, para ellos resultará vital el modo
en que podamos asumir nuestro propio dolor, puesto que se reflejan en
nosotros. Y desde luego, nada de ocultárselo por tratar de protegerlos, a
largo plazo les generamos un problema mucho mayor.
Qué
bonito y qué fácil dicho así, ¿verdad? Al final lo más importante es el
modo en que nosotros mismos asumamos la muerte que, al fin y al cabo,
no deja de ser una parte de la vida, la última de cada uno de nosotros. Y
una cosa muy importante, ¿cuantas veces hemos visto a alguien que no se
preocupa por los demás mientras están con nosotros y se lamenta
amargamente por no haberles prestado suficiente atención cuando de pronto fallecen? Tratar bien a aquellos a los que
queremos durante su vida, y compartir con ellos lo que nos importa,
también ayuda cuando ya no están. Así que, ¡aprovecha! Disfruta con tus
hijos y con la gente a la que quieres que, por mucho que te digan, sigue
habiendo gente por ahí fuera que merece mucho (¡pero mucho!) la pena.
Los que más, tus propios hij@s.
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